Cuando se trata de fibromialgia, los puntos dolorosos son áreas sensibles del cuerpo que se vuelven dolorosas cuando se aplica presión. Estos puntos dolorosos a veces también se conocen como puntos de gatillo, pero no son lo mismo.
Los puntos gatillo son partes del cuerpo que causan dolor en otra ubicación del cuerpo cuando se aplica presión. Por ejemplo, si se aplica presión en el codo, una persona puede sentir realmente el dolor en la mano. Algunas personas con fibromialgia tienen puntos sensibles y puntos gatillo.
Los puntos dolorosos asociados con la fibromialgia se dan tanto en la parte anterior como posterior del cuerpo e incluyen las siguientes áreas:
Parte superior del pecho
- Nuca
- Codos
- Rodillas
- Caderas
- Hombros
Una persona que tiene fibromialgia puede que no experimente dolor constante. El dolor puede ir y venir y moverse a diferentes áreas del cuerpo.
Los puntos dolorosos también se dan como resultado de otras condiciones médicas como la polimialgia. Pero el dolor que experimentan las personas con fibromialgia tiende a ser más intenso y generalizado.
En el pasado, los médicos diagnosticaban la fibromialgia de acuerdo con un conjunto de criterios que identificaban 18 puntos dolorosos en el cuerpo. Para ser diagnosticado con la condición, una persona tenía que experimentar sensibilidad en 11 de los 18 puntos dolorosos.
En los últimos años, los criterios de los puntos de licitación no se utilizan tan ampliamente, ya que existen nuevos criterios para diagnosticar la fibromialgia. Estos criterios incluyen dolor generalizado junto con síntomas adicionales. Algunos médicos pueden seguir el criterio de los puntos dolorosos para descartar ciertas afecciones.
Otros síntomas de la fibromialgia
Además de experimentar dolor generalizado, las personas con fibromialgia también pueden tener dolores de cabeza, dificultad para dormir y fatiga. Depresión, ansiedad y dificultad para concentrarse también son posibles síntomas.
Tratamiento
Aunque actualmente no existe cura para la fibromialgia, sí existen tratamientos que pueden disminuir los síntomas, además de estrategias y recursos de autoayuda que pueden reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
A menudo se recetan medicamentos para tratar los síntomas de la fibromialgia, como analgésicos, ansiolíticos o antidepresivos.
Existen también tratamientos que mejoran mucho la calidad de vida del paciente como la aplicación de ondas electromagnéticas transcraneales de bajísima intensidad (cascos) y el tratamiento con cámaras hiperbáricas.
Además de la medicación, hay otros tratamientos y terapias complementarias que pueden ser de gran ayuda para las personas con fibromialgia, como por ejemplo la acupuntura, el yoga o el mindfulness.
También hay una variedad de cosas que se pueden hacer para controlar los síntomas: ejercicios como el taichí, caminar, nadar o ir en bici pueden mejorar los síntomas, siempre y cuando el ejercicio se empiece lentamente.
Por otro lado, desarrollar buenos hábitos de sueño, encontrar el tiempo para relajarse, encontrar apoyo en la familia y amigos, y contar con la ayuda de un doctor especializado pueden marcar la diferencia.